En mis ojos una lágrima (1979)

No todos los días al abrirse el alba
nace un sol sereno por entre las ramas
con ese cielo diáfano, azul, sin mancha,
con esas aguas bordadas de espuma blanca.

Por eso gaviota que vuelas
si quiera sin mover las alas,
guarda bien en tu memoria
esas costas, esas playas;
pues no habrás de encontrar otras
doquiera que vayas
que igualen la belleza
de mi hermosa Costa Brava.

Cuantas veces en silencio
vuela mi mente, rauda,
por sus orillas, a pasear,
bajo sus pinos, entre las barcas,
al rumor de las olas mis pasos
buscando van su llamada
en el aire una sardana,
en mis ojos una lágrima.

Arbo 1979